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Como bien sabemos todos, hay que tener cuidado al final del mes de octubre, dado que es muy probable que alguien te intente asustar por Halloween. Eso es especialmente verdad para las autoridades y los equipos de emergencia, que tienen que ver monstruos, zombis o asesinos por las calles, para nombrar algunos.
Aunque estos profesionales seguramente tienen una alta tolerancia para los disfraces de Halloween, el caso de Sidney Wolfe demuestra que hasta las autoridades más valientes se pueden asustar en ciertas situaciones. Wolfe, un estudiante de Marshall University de 20 años, estaba conduciendo de una casa embrujada la semana pasada en Kentucky, lo cual era normal salvo un detalle.
La chica estaba vestida en una túnica blanca y estaba cubierta de sangre. No le pasaba nada malo: era parte de su disfraz. Wolfe estaba promocionando una producción de teatro local de Carrie, una obra basada en una novela de Stephen King del mismo nombre de los años 70. Su trabajo era distribuir folletos y hacerse fotos con los visitantes para animarles a ir a ver la obra.
Carrie cuenta la historia de una adolescente con poderes telequinéticos que pierde la cordura después de que sus compañeros le tiran sangre de cerdo encima. A continuación, Carrie mata a su madre, compañeros y profesores.
https://es.gizmodo.com/una-mujer-termina-en-la-sala-de-urgencias-despues-de-qu-1838767637
La historia tuvo lugar a comienzos de esta semana, cuando la bailarina profesional Jai Fears…
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Por supuesto, la historia de Wolfe era muy diferente a la historia que escribió King. Según cuenta en las redes sociales, estaba demasiado cansada para quitarse el maquillaje después de promocionar la obra y decidió irse a casa en su disfraz. En el camino de vuelta, Wolfe chocó su Toyota Corolla contra un ciervo, lo cual destruyó su coche. Afortunadamente, la chica salió del coche con solo unos moretones en la pierna, aunque nadie la creía.
“Si alguien quiere saber cómo pasé el fin de semana, [les contaré]”, escribió Wolfe en Twitter, donde su publicación se hizo viral. “Destruí mi coche vestida de Carrie y todos del equipo de emergencia creían que estaba muerta. ¡Lo siento mucho!”
GIZMODO
Aunque estos profesionales seguramente tienen una alta tolerancia para los disfraces de Halloween, el caso de Sidney Wolfe demuestra que hasta las autoridades más valientes se pueden asustar en ciertas situaciones. Wolfe, un estudiante de Marshall University de 20 años, estaba conduciendo de una casa embrujada la semana pasada en Kentucky, lo cual era normal salvo un detalle.
La chica estaba vestida en una túnica blanca y estaba cubierta de sangre. No le pasaba nada malo: era parte de su disfraz. Wolfe estaba promocionando una producción de teatro local de Carrie, una obra basada en una novela de Stephen King del mismo nombre de los años 70. Su trabajo era distribuir folletos y hacerse fotos con los visitantes para animarles a ir a ver la obra.
Carrie cuenta la historia de una adolescente con poderes telequinéticos que pierde la cordura después de que sus compañeros le tiran sangre de cerdo encima. A continuación, Carrie mata a su madre, compañeros y profesores.
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Por supuesto, la historia de Wolfe era muy diferente a la historia que escribió King. Según cuenta en las redes sociales, estaba demasiado cansada para quitarse el maquillaje después de promocionar la obra y decidió irse a casa en su disfraz. En el camino de vuelta, Wolfe chocó su Toyota Corolla contra un ciervo, lo cual destruyó su coche. Afortunadamente, la chica salió del coche con solo unos moretones en la pierna, aunque nadie la creía.
“Si alguien quiere saber cómo pasé el fin de semana, [les contaré]”, escribió Wolfe en Twitter, donde su publicación se hizo viral. “Destruí mi coche vestida de Carrie y todos del equipo de emergencia creían que estaba muerta. ¡Lo siento mucho!”
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