Android no morirá: Fuchsia OS será otra anécdota más en la historia

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Era cuestión de tiempo que alguien plantara cara a Android. El sistema operativo de Google es absoluto y hegemónico en nuestra actualidad, y pocos piensan que Google quiera quitárselo de encima. Y aunque no tiene ganas como tal, sí que tiene un argumento para intentarlo. Un argumento llamado Fuchsia OS.
Y en este post de opinión haré una valoración arriesgada pero directa: no creo que Fuchsia OS vaya a superar a Android, ni siquiera se le va a acercar. Y creo que Fuchsia será un intento más de un desarrollador más por intentar desbancar a un rey que no sólo está instaurado en el poder, sino que es el mejor rey que podemos tener.
Primero: ¿qué es Fuchsia OS?




Primero, pongámonos en antecedentes. Este sistema operativo alternativo que quiere usar Google para sustituir a Android sigue una premisa clara: unificar el ecosistema móvil y de escritorio en una misma plataforma. Es decir, que Fuchsia sea nuestro sistema en PC y móvil y que podamos disfrutar de todas sus ventajas.

A mí personalmente me parece una idea maravillosa. El tener que usar distintos sistemas para ordenador o móvil es una locura que degenera en fragmentación y en problemas para el usuario. Teniéndolo todo en un entorno controlado por Google, siendo estos dos dispositivos parte esencial de nuestra vida, las cosas serían mucho más sencillas y accesibles.

Y Google no se ha escondido de las acusaciones de que Fuchsia pretende ser el sustituto de Android de cara a un futuro. El sistema se está forjando, e incluso pudimos ver una pequeña preview que descansa sobre estas líneas. Un sistema que promete sobre el papel… pero que no verá la luz.
Android, el rey que no se puede derrocar

La base de mi razonamiento es simple: Android no se puede derrotar. Es un sistema tan instaurado en nuestra sociedad, tan afianzado en nuestra vida diaria que no podemos pretender pasar de este a otro sistema completamente nuevo que no conocemos habiendo sido ya complicado que los usuarios que se salen del calificativo geek puedan usarlo sin dficultades.
Ofrecer alternativas a Android es una jugada con un final agrio. Podemos tener esperanzas, pero la historia nos ha dejado claro que eso no es discutible. ¿Creéis que Google ha sido la primera en intentar plantar cara a Android? Os equivocáis, y el pasado nos ha dado ya un número ciertamente elevado de víctimas.

Hay demasiados indicios para pensar esto. Por ejemplo, la cuota de mercado. Mientras el sistema de los de Cupertino, iOS tiene una cuota de mercado mundial que no llega al 20 por ciento, Android ostenta más del 80 por ciento como líder absoluto. Los demás rivales de este sistema no sólo han desaparecido, sino que los que hay tienen una cuota de uso ínfima.
El carro de Andy, el único posible
Dejemos de lado un momento a las víctimas en cuanto a sistema operativo se refiere. Centrémonos un momento en la historia pasada de ciertos fabricantes. Algunos desarrolladores tuvieron el lógico escepticismo en los inicios de Android afirmando que este no llegaría a ser un sistema demasiado extendido. Afortunadamente para nosotros, se equivocaron. Para ellos, no tanto.

Nokia, la firma finlandesa que está teniendo tan buen año en cuanto a venta de smartphones, cometió uno de sus mayores errores hace la friolera de 5 años. ¿Qué hizo? Se aliaron con Microsoft para fabricar teléfonos con Windows Phone, el ya extinto sistema del fabricante americano. Que esté muerto debería ser una señal inequívoca de qué le proporcionó ese acuerdo a Nokia.
Nokia no creyó en Android, y no sólo no lo acogió, sino que tomó el lado contrario en el camino. Nokia no tuvo apenas repercusión, y apenas nadie en el mercado compraba Windows Phone. Android seguía su ascenso meteórico a la cima, casi obligando a otros fabricantes a acoger este sistema. Tal fue el caso de Blackberry, que siguió adelante con su sistema, y al final se fue a los brazos de Andy.


¿Moraleja? O estabas con Android, o no estabas, directamente. Los pocos que no han querido a Android en sus vidas o han ofrecido alternativas reales tienen tan poca repercusión que sus nombres nos son desconocidos. Esto se aplica a sistemas, desarrolladores y fabricantes.
Un sistema para dominarlos a todos

Después de habernos centrado en los fabricantes y en los sistemas, queda el último elemento: la gente. Android es el sistema operativo más usado del mundo superando incluso al hasta ahora rey, Windows. No estamos hablando de cientos de miles de personas. Estamos hablando de millones de personas.
Han tenido que pasar años para que Android se amolde a nuestra sociedad. Sí, es cierto que el éxito de Android se basa en no saber que tienes Android, y por lo tanto, este argumento pierde peso. Pero ya no es cuestión de saber que tienes Android, sino en saber que es lo que te da la oportunidad de usar tus apps favoritas. Y los desarrolladores no migrarán a otro sistema si no tiene repercusión.

Pongámoslo en un ejemplo gráfico. Imagina que eres el propietario de WhatsApp, y tienes tu aplicación en los principales sistemas operativos. Ahora, pongamos que hay un nuevo sistema operativo que quiere que pongas su aplicación en su tienda, proceso que te costará trabajo, dinero, y sobre todo, tiempo.
Démosle un tiempo a ese sistema. Como es lógico pensar bajo mi razonamiento, ese sistema no tendrá apenas repercusión y lo usará un nicho de personas. La pregunta es: ¿invertirías esos recursos en lanzar tu app en ese sistema? Te respondo: no. ¿Por qué?

Porque esa es la base del éxito de Android. Una persona no escoge Android por ser un buen sistema (muchos no saben ni qué es), sino por poder ejecutar sus aplicaciones favoritas. Si un sistema operativo no tiene despunte, todo es una cadena: los fabricantes no querrán saber nada, la gente tampoco y por ende las aplicaciones y desarrolladoras no estarán en este, haciendo inútil el sistema.
¿Hay esperanza? Claro que sí
No todo está perdido; hay una manera de que Fuchsia OS sí salga adelante. La ventaja de que sólo haya un sistema, es que, de desaparecer, la opción más fiable sería la que prevaleciera. Y en este caso, la propietaria de Fuchsia es Google. Esto implica un cierto grado de confianza por parte de los integrantes de la ecuación.
En el susodicho de que Android cerrara sus puertas y Google quisiera proclamarse líder con Fuchsia, todos harían una carrera para presentar sus alternativas. Pero los desarrolladores y fabricantes mirarían por Google, ya que ha sido gracias a la gran G que Android ha prosperado. Si hay desarrolladores interesados, habrá apps. Si hay apps, habrá gente. Y si hay gente, habrá dispositivos.

Aunque en este caso Google tendrá que jugar mucho sus cartas. Sigo pensando que incluso con este detalle, Fuchsia OS no prosperará y Google estirará todo lo posible Android. De hecho, si queréis que ya me moje del todo, lo haré: creo que habrá un Android para PC’s en vez de un Fucshia OS. Pero sólo es mi percepción.
 
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